Conoce Luarca-Valdés
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Historia
Prehistoria y romanización.
Los datos más antiguos de la presencia humana en el concejo de Valdés se remontan a las épocas prehistóricas, concretamente a la etapa del acheliense, hallándose útiles e industrias de homínidos en el yacimiento de Busto, siendo hasta el momento presente, el sitio que ha dado los restos arqueológicos más antiguos de todo el norte peninsular. También se han localizado restos industriales de estas mismas etapas en los sitios de Caroyas, Ribón, Paredes. Dentro de la era Megalítica, se han localizado varias necrópolis tumulares en zonas limítrofes con Cudillero, Salas, Villayón y en zonas interiores como Villuir, La Granda o Piedrafita, siendo el campo encontrado en Xugadoiro el más sobresaliente dentro de estos descubrimientos.
Dentro de la cultura castreña, varios son los asentamientos localizados por todo el concejo, aunque la ausencia de excavaciones nos ha privado de determinar con exactitud la fecha de construcción de los mismos. Lo único que podemos suponer es que los localizados en el interior eran utilizados por los romanos para sus trabajos
en las prospecciones auríferas, y que los hallados en las proximidades costeras podían estar relacionados con el control de la vía romana que se dirigía hacia Lugo. Lo que sí nos aporta la época colonizadora romana son varias monedas, un sello, y una lápida con inscripción romana encontrada en Rellón de Merás, parroquia de Paredes.
Edad media y moderna.
Los primeros datos documentados que tenemos del concejo de Valdés corresponden a los siglos X y XI, en los que se producen varias donaciones, tanto al obispado de Oviedo, como a los cenobios de Corias y Bárcena, que poseían varias iglesias y terrenos del municipio. Ya en estos tiempos la población de Valdés empezaba a tener una considerable importancia, siendo dos siglos más tarde, concretamente en el año 1270, cuando el monarca Alfonso X el Sabio otorgó la Carta Puebla al territorio, concediéndoles a partir de este momento y por culpa de la anarquía, robos, y perjuicios que los nobles y caballeros cometían con las gentes del lugar, todos los derechos reales y libertades, reservándose la Corona las posesiones eclesiásticas. Siete años más tarde Valdés forma parte de la creación de la hermandad de la mayoría de las pueblas del occidente, que se desarrolla en el Alto de La Espina, y en la cual se comprometen todas ellas a colaborar entre sí, y acabar con los robos y delitos en la comarca.
La época medieval viene marcada por la influencia que tenía en toda Luarca el incipiente Gremio de Mareantes, que agrupaba a pescadores, comerciantes y armadores para regular y defender los numerosos intereses comerciales que allí se daban. El siglo XV viene marcado por las disputas de la nobleza con la monarquía, teniendo varios linajes una autoridad bastante grande sobre buena parte de la zona, cosa que no agrada de ninguna manera a la Corona. Buena muestra de ello lo constituye la construcción de la torre de Villa de Moros, antigua fortaleza medieval que perteneció a la casa de los Peláez. En el siglo XVI, Valdés aparece en las actas de la Junta General del Principado de Asturias, como integrante del partido de los cinco concejos, documentado por primera vez en el año 1462 y que agrupaba a los municipios de Grado, Salas, Pravia, Valdés y Miranda. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, la jurisdicción municipal abarcaba a 13 parroquias y un anexo y 189 entidades de población repartidas por todo el territorio.
Edad contemporánea.
El siglo XIX nos deja un acontecimiento relacionado con la Guerra de la Independencia contra los franceses, y este no es otro que el traslado, tras sufrir Oviedo la tercera invasión, de la Junta del Principado y de la Real Audiencia a Luarca, para pasar posteriormente a Castropol y Figueras. También nos deja el final del siglo la aparición de los primeros movimientos migratorios ultramarinos, estableciéndose líneas regulares de fragatas hacia América, y que volverían más tarde a su tierra natal con un fuerte poder monetario y social, es lo que llamamos la cultura de los indianos, y gracias a la cual se debe el desarrollo económico e industrial posterior en la zona, quedando también bellos legados arquitectónicos conocidos como casas de indianos de estilos modernistas coloniales.
Del siglo XX la noticia más destacada que se produce es el cambio del nombre del concejo en 1909, adoptando la nomenclatura de la capital, no siendo restituido por la antigua y más acorde denominación de Valdés hasta el año 1985. Hoy en día Valdés es uno de los concejos asturianos que mayores cosas nos ofrecen, pudiendo disfrutar de unos estupendos paisajes montañosos, unas bonitas vegas de los ríos, así como unas playas realmente bellas, consiguiendo ser uno de los destinos turísticos más solicitados. Singularmente hermoso es el pueblo de Luarca, destino de enamorados.
Geografía.
Valdés se encuadra dentro de la morfología estructural del occidente asturiano, es decir, está compuesto por grandes unidades montañosas y valles dirigidos preferentemente en dirección norte-sur. Con esto se pueden distinguir tres unidades geomorfológicas claramente diferenciadas. La costa litoral, la zona montañosa y los valles interiores. La zona de la rasa costera presenta una mezcla de acantilados, estuarios, dunas y playas, destacando el cabo Busto con 60 metros de altitud, así como las playas de Otur, Barayo, Touran, Tablizo, Cadavedo, la Cueva y las tres de la villa de Luarca. La zona montañosa pertenece en su totalidad al periodo paleozoico inferior, con formaciones silícico clásticas que están afectadas por la orogenia herciana. Las alturas más importantes de Valdés se localizan por el sur en el límite con el concejo de Tineo, siendo las sierras de Adrado, Silvallana, Estoupo y Buseco sus accidentes más importantes, no llegando ninguna de ellas a sobrepasar los 1.100 metros de altura. Por último la zona de los valles interiores, presentan una orientación preferente norte-sur, como ya dijimos anteriormente, siendo de poca amplitud y estando encajonados la mayoría de ellos, salvo las vegas situadas en las mestas de los cursos medios fluviales.


Hidrografía.
Dentro de su red hidrográfica, dos son los ríos más importantes, el Esva (también llamado Canero), y el río Negro, que desemboca en la capital del concejo. El Esva entra en el municipio por la parroquia de Paredes, atraviesa el concejo de sur a norte recorriendo un total de 29 kilómetros, tomando el nombre de río Canero al entrar en la vega de su mismo nombre. El río negro proviene de La Montaña, al límite con el concejo de Villayón, recorre un total de 19 kilómetros, hasta llegar a la capital, la cual parte en dos, donde desembocan sus aguas. Ambos ríos siempre fueron prolíferos en truchas, siendo el Esva, a su vez uno de los salmoneros de Asturias.
Clima
El clima de Valdés se presenta influenciado por la cercanía al mar Cantábrico, así como por las características de su relieve. Así, nos muestra diferencias notables, según nos encontremos en la zona interior o en la zona costera, siendo aquí las temperaturas mucho más agradables, tanto en invierno como en verano, llegando a tener hasta una diferencia de entre dos y cuatro grados. Con todo esto podemos afirmar que el municipio valdesano presenta un clima templado con transición al fresco, y variaciones considerables entre las zonas interiores y las costeras.


Vegetación.
De la misma forma que sucede con el clima, la vegetación también presenta variedades según la zona en la que nos encontremos. Así en la franja costera tenemos especies aerohalófitas y halófitas en los acantilados, amnophiletea en las dunas, halófitas de praderas salinas en las marismas y muestras de ballicos y tréboles en la rasa. Hay que destacar aquí el paisaje que tenemos en la playa de Barayo, que ha sido declarado como reserva natural parcial. Por otro lado, en las zonas interiores se mezclan los matorrales, generalmente brezos y tojos, con especies autóctonas como castaños, robles y abedules, y también especies repobladas como son los pinos y los eucaliptos.
Fauna.
En cuanto a su fauna todavía se pueden divisar en el concejo aves marinas como los ostreros, los mazarinos y otras limícolas, además de las gaviotas. También tenemos especies de agua dulce como los salmones, truchas y anguilas, habitando aun las zonas interiores espacies como los jabalís, lobos, zorros y corzos.
